* precio para horario de 9h a 10h
adquiriendo bono de 10 sesiones en horario de primera hora
Todas las sesiones son de 1 hora
Llámanos por Telefono Mándanos un Whatsapp
Mándanos un Email
Al hablar de estrés un escalofrío recorre nuestro cuerpo, nos viene a la mente apelativos negativos, agobio y un abanico de situaciones espeluznantes. No obstante, el estrés no tendría que darnos siempre mal rollo. Ante la
pregunta a qué se debe el estrés la respuesta es que no es más que una reacción fisiológica, antropológicamente adaptativa. Así que es bueno que el organismo se active ante una situación amenazante igual que se ponía en alerta
el cuerpo de nuestros ancestros al sentir la amenaza de una fiera. Por tanto, por paradójico que nos parezca, existe un tipo de estrés que resulta “bueno”. El estrés positivo se conoce con el nombre de estrés.
El estrés
es una estimulación positiva, una especie de empujón que nos azuza a superar todo obstáculo consiguiendo nuestro objetivo. Gracias al estrés ganamos en conciencia, concentración, conocimientos y creatividad. Es decir la ración
justa de estrés, la presión justa resulta beneficiosa revirtiendo positivamente en nuestra salud y felicidad.
El problema viene cuando tenemos una sociedad que vive a contrarreloj para alcanzar sus exigencias. Vivimos excitados, ansiosos, preocupados, saturados en definitiva de estrés negativo. ¿A qué se debe el estrés? El estrés es
un sentimiento de tensión física o emocional procedente de una situación o pensamiento. Factores estresantes hay múltiples y variados pues dependen de cada persona, no obstante todos se caracterizan por su carácter demandante
o/y desafiante. Causas del estrés pueden ser un despido, la jubilación, los problemas económicos, una mudanza, problemas familiares, casarse, divorciarse, tener un bebé, enfermedad o fallecimiento son los más comunes.
El estrés no es más que una interpretación subjetiva que surge de la evaluación que efectuamos de una situación con la que estamos fuertemente comprometidos. La impotencia que sentimos ante nuestra capacidad de respuesta y nuestra
falta de control son las que desatan un ataque de estrés. El estrés debe combatirse desde el primer momento solicitando ayuda al psicoterapeuta. Existe el peligro de automedicarnos, obviarlo o convivir con él llegándonos a
acostumbrar. Pudiendo acarrear otras patologías como depresión, trastornos cardiovasculares o endocrinos. Además de diabetes, cáncer, irregularidades menstruales, problemas cutáneos como acné o eczema o daños oxidativos incluso
a nivel de ADN y ARN. Por estos motivos debemos hacernos cargo del estrés y no cronificarlo.
Lunes - Viernes | 9:00 - 21:00 |
La consulta es un espacio amplio y confortable donde te sentirás tranquilo y seguro.Te garantizamos absoluta discreción y confidencialidad.